jueves, 8 de septiembre de 2011

Puerta abierta

Y el entro por su puerta, sigiloso, sin que nadie escuchase. Se arrimo a su cama y la encontro allí, ella jacía dormida, tranquila, respirando profundamente, en una posicion extraña casi fetal.
El se acercó, la observó, miro cada uno de sus dulces y angelicales rasgos. Se arrimó a ella, le quitó un mechon de pelo q le tapaba los ojos y se lo colocó dertas de la oreja, luego le acarició la cara mientras decía mi dulce niña que plácida y tranquila pareces, no debería entrar a tu cuarto y pervertir tus sueños.
Miró nuevamente su dulce imagen y se retiró por el marco de su puerta.
Le había tomado bastante tiempo decidirse a entrar, pero ella, así, tan niña, pudo con él.
Se fue caminando, bajando las escaleras, con esa imagen de ella en su mente. El sabia que ella queria tenerlo cerca, y el sabia que ella hubiera estado feliz de compartir su cama, pero tambien el sabia que habia mucho mas en juego de lo que el creía.
Se fue, lentamente y con esa imagen impresa en su mente. y con un monton de fantasias que rodeaban su cabeza. Fantasías que había tenido antes de verla, fantasías que tenía ahora.
Como iba a ser su reencuentro? El ya lo había vivido, pero ella? Esto era lo que ella realmente quería?

Ella por su parte.. estaba profundamente dormida. Esa noche se había dormido con una nueva idea rondando en su mente. Había estado suficientemente tiempo intranquila. Ya no queria mas esas incertidumbres, ni queria hacer girar su vida en torno de otro.
Sabía que eso tenía que terminar, no sabía como se lo iba a decir- pero a su vez, su corazon estaba lejos. Ella lo había depositado en otro lugar, no queria sentir por un tiempo, ni siquiera por el.

Pero si ella hubiera sabido que el estaba aca, si ella hubiera sabido que el venia a sorprenderla, todo, pero todo habría sido diferente.
Ella no hubiera mandado al día siguiente ese ultimatum, ni le hubiera dejado de hablar, ni hubiera empeazado a pensar tanto. Ella hubiera seguido entregada a el, ella hubiera seguido con su espiritú nuevo que estaba adquiriendo.
Pero algo la paraba, algo q ella no sabia que era, algunos lo llaman miedo, otros vulberabilidad.

Todo esto sucedñia mientras ella dormida, en esa extraña posicion casi fetal, con su pijama blanco, soÑando con el, con el que entraba en su cuarto, le acariciaba la cara y besaba dulcemente sus labios. Y se sentaba a sus pies, esperando que se despertará para que el sea lo primero que ella vea al despertar.

Donde estaba ella ahora? Donde estaba el ahora?

Seguro no en el mismo lugar, seguro no en el mismo sueño y seguramente tampoco en la misma estación.

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